Campaña Nacional contra el Tráfico Ilícito

La identidad de las naciones se ha visto gravemente amenazada por la pérdida continua y progresiva de su patrimonio cultural. Los bienes que lo conforman se han convertido en objeto de un negocio delictivo que enriquece a las redes internacionales de comercio ilegal. El hurto, el saqueo, el comercio ilegal, las excavaciones clandestinas y las falsificaciones, entre otros delitos, alimentan el tráfico ilícito, al igual que los cambios socioeconómicos y culturales, que son consecuencia de la globalización. Todos estos factores son una amenaza constante para la preservación de los bienes culturales.

El creciente y progresivo incremento de los mencionados actos delictivos, a los que se suma el vandalismo, continúa causando un daño irreparable a las comunidades colombianas, no solamente porque empobrece su patrimonio, sino porque priva a las generaciones presentes y futuras del conocimiento de su historia. Las expresiones culturales, artísticas, utilitarias o documentales, individuales o colectivas, de autores reconocidos, anónimos o correspondientes a producciones populares, son el verdadero testimonio de las sociedades y culturas que han existido y conviven actualmente en el territorio nacional.

El tráfico ilícito de bienes culturales está catalogado como el cuarto problema mundial, después del tráfico de drogas, armas y especies protegidas, y se lo considera una amenaza multidimensional a la seguridad de las naciones . De este flagelo no se libra ningún país.

Los países realizan gestiones y acciones para proteger sus testimonios, tanto internamente como de forma cooperada en el ámbito internacional. Estas acciones se refieren al desarrollo de programas relacionados con el inventario y registro, la formación y divulgación; con la creación de instrumentos pedagógicos; con la firma de convenios multilaterales, regionales y bilaterales; con el fortalecimiento de las normas legales y con la definición de procedimientos que faciliten la recuperación y repatriación del patrimonio cultural mueble.

La protección del patrimonio cultural es responsabilidad conjunta del Estado y la sociedad. En su Artículo 8, la Constitución Política de Colombia establece: “Es obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación”. Para dar cumplimiento a este mandato, el Ministerio de Cultura, a través de sus diferentes direcciones y entidades adscritas, como el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), el Archivo General de la Nación, el Museo Nacional y la Biblioteca Nacional, trabajan en pro del conocimiento, la protección, conservación, restauración y difusión del patrimonio cultural. Tales acciones se desarrollan mediante proyectos orientados a incorporar el patrimonio cultural como factor primordial en el desarrollo cultural del país, y a consolidar un manejo eficiente y sostenible de los bienes que constituyen dicho patrimonio.

El Plan Nacional de Cultura 2001-2010 definió los campos de políticas en donde se determinan las estrategias que deben implementarse. El campo de creación y memoria establece la importancia y necesidad de registrar y preservar los patrimonios que son representativos de valores, memorias, luchas y gestas de los pueblos, y que potencialmente corren el riesgo de desaparecer. Como estrategia, plantea el diseño de mecanismos que protejan las memorias de los efectos directos o colaterales del conflicto armado y del tráfico ilícito.

En Colombia, las acciones de prevención y control de este tráfico se promueven a través de la Campaña Nacional contra el Tráfico Ilícito de Bienes Culturales, que propende por la vinculación de diferentes sectores y actores para crear un frente común en la protección patrimonial. Los avances se encuentran en el Informe de Gestión.

Fuente: http://www.mincultura.gov.co